El origen de la producción de aceite de oliva sigue siendo un misterio no del todo resuelto. Se cree que pudo iniciarse en la zona comprendida entre Siria y Canaán, alrededor del año 5000 a.C., quizás con la agricultura.
Hoy en día es un producto muy difundido y demandado, debido principalmente a sus virtudes que, a lo largo de los años, se han ido descubriendo gracias a diversos estudios que se han realizado tras observar los beneficios de este alimento en la dieta mediterránea. En las zonas donde se produce aceite de oliva hay un menor índice de problemas en el sistema cardiovascular.
También se han realizado investigaciones sobre sus propiedades aplicadas a algunas enfermedades, como el tumor colorrectal, descubriendo que, combinándolo con algunas hortalizas, se potencia su acción beneficiosa, previniendo la proliferación de células tumorales e incluso actuando sobre ellas. En la actualidad, se están estudiando sus propiedades antibióticas para su aplicación en medicamentos naturales.
La ciencia ha demostrado que la inclusión del aceite de oliva en la dieta tiene una influencia positiva en el sistema cardiovascular. Su consumo es más saludable para nuestro organismo que las grasas vegetales o animales. A pesar de la mala fama que tiene la grasa, ésta es necesaria para nuestro organismo, aunque es muy recomendable que la que ingerimos sea de calidad, como la del aceite de oliva virgen extra que es, literalmente, zumo de aceituna.
Hoy en día, el consumidor está interesado en productos saludables y naturales, teniendo en el aceite de oliva español un gran aliado, que le ofrece diversas variedades, lo que amplía enormemente sus posibilidades de uso.
El cultivo del olivo ya no es exclusivo de la zona mediterránea. Las virtudes del aceite de oliva español han sido su mejor carta de presentación, lo que ha favorecido que traspase fronteras, generando un gran interés en todos los continentes, llegando incluso a China. Este gran interés se ha traducido en un aumento muy importante en la superficie cultivada, lo que ha propiciado el aumento del consumo de aceite de oliva en todo el mundo.
España, por su privilegiada situación geográfica, disfruta de un microclima que ofrece al cultivo del olivo las condiciones óptimas para que se den las mejores variedades de aceite de oliva del mundo.